La nueva alfombra mágica. Usos y mitos de Internet, la red de redes

http://www.etcetera.com.mx/libro/gracias.htm

Raúl Trejo Delarbre

Presentación
Introducción

I. Globalización por Internet

II. Nuevas realidades. Un perfil del poliédrico ciberespacio

III. Nuevos retos. Polémica y delito en el espejo digital del mundo

IV. Estado y liberalización. El crecimiento desigual y desmesurado en el ciberespacio

V. Qué hacer con las redes

Final: Los nuevos alquimistas

Bibliografía


Anexos

Este libro obtuvo el Premio Fundesco de Ensayo 1994, otorgado por un jurado compuesto por D. Ricardo Hochleitner, como presidente, y D. Manuel Blanco Losada, D. Wilfredo Espina, D. Manuel Núñez Encabo y Dña. Elena Salgado Méndez, como vocales. Como secretario del jurado, sin voto, actuó D. Luis Arroyo Galán.

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 Presentación

Internet -la red de redes- es ya una realidad mítica que a nadie deja indiferente. Los iniciados la usan en progresión geométrica y el número de adeptos crece como si de la religión de la nueva era se tratase. No obstante, es desconocida aún para gran parte de la Humanidad, aunque haya oído hablar de ella y de sus ilimitadas y proteicas posibilidades.

La red Internet, que marca las postrimerías del Siglo XX con un tinte de revolución comunicativa sin precedentes, tiene ante sí un futuro abierto e imprevisible. Lo es por sus ilimitados contenidos: parece un aleph auspiciado por las autopistas de la telecomunicación, un universo de conocimiento unitario y diverso a la vez, que recuerda a las nociones zen de un océano de objetos-ideas ligados entre sí por la estructura cambiante, en este caso la propia red, accesible sin limitaciones de tiempo y espacio. También por su estructura abierta, repelente de censuras, seriamente dificultadas por la propia naturaleza horizontal del acceso a la red, aunque esto nunca será una garantía total contra los embates de algunas estructuras o grupos poderosos.

¿Qué es Internet? es la pregunta de la que el autor de La nueva alfombra mágica -libro galardonado con el Premio Fundesco de Ensayo- parte para fundamentar su trabajo, planteado desde unas coordenadas situadas en los países en desarrollo, concretamente en el seno del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma de México. A contestarla se dedica desde diversos planos: desde el desenvolvimiento de la sociedad de la información en los países en desarrollo hasta el papel de los poderes públicos en las redes y la situación de la evolución de éstas en América Latina y Europa, pasando por un análisis de peligros y posibilidades inherentes al uso y consumo de la información universalizada.

 

Como pone de relieve el escritor, falta aún una reflexión crítica sobre la red. Una reflexión que no tiene por qué ser mayoritariamente técnica y sí social y humana. Raúl Trejo se ha propuesto una especie de guía para cibernautas, cuyo fin es desvelar cómo se relacionan política, economía y cultura a través del nuevo hipermedio.

 

Todo ello se ordena secuencialmente en la estructura del libro: la descripción breve de los orígenes de Internet, los problemas de la diseminación indiscriminada de la información, las consecuencias políticas y de mercado, las actitudes gubernamentales y el futuro inmediato de todo ello. Hasta las patologías provocadas por la red en los cibernautas irrefrenables son objeto de estudio en este volumen. Se alumbra, según el autor, un nuevo comunitarismo del ciberespacio que se encamina hacia la globalización mercantil, corroborada no hace mucho en Estados Unidos dentro del ámbito local. No faltan tampoco incursiones en temas tan actuales como el ocio electrónico, el entorno de la enseñanza, el correo electrónico, los servicios financieros, el teletrabajo, la prensa en línea, la discusión entre comunidades profesionales y las opciones personales, todo ello desde la óptica de la red, para la que se habla ya de una política necesaria.

Se trata, sin duda, de un trabajo riguroso, coherente, amplio y muy estructurado sobre Internet y el fenómeno social desencadenado por ella, que analiza no sólo sus posibilidades, sino también sus peligros y contrapartidas. Junto a los aspectos del análisis, se ofrece un volumen muy considerable de información y datos concretos, con especial hincapié en la vertiente latinoamericana de la red.

Es un libro sólido y bien escrito, que destaca por la originalidad de su planteamiento, en el que el autor combina un afán generalista y divulgador con una penetrante línea de reflexión sobre el horizonte de la llamada sociedad de la información sustentada en las redes inteligentes. La obra constituye sin duda una aportación fundamental para quien quiera introducirse en el mundo de Internet sin desconocer su contexto y sus posibles impactos.

 Raúl Trejo Delarbre es investigador titular en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha sido, asimismo, profesor de las facultades de Ciencias Políticas y de Economía de la misma Universidad. Es autor de numerosos libros sobre temas relacionados con la comunicación, entre los que cabe destacar La prensa marginal; Las agencias de la información en México; Ver, pero también leer, y La sociedad ausente. Es además coordinador de una decena de libros colectivos, y ha participado con textos suyos en otros cuarenta libros, la mayoría con ensayos sobre medios de comunicación, el Sindicalismo o el sistema político mexicano. Es director del semanario de política y cultura etcétera, columnista del diario La Crónica de Hoy y colaborador habitual de numerosos diarios y revistas de México, así como Premio Nacional de Periodismo 1996.

Introducción

Mucha gente habla de ella pero casi nadie la entiende. Inclusive en las maneras para denominarla, hay una mezcla de terminología presuntuosa, tecnicismos vanguardistas y deslumbramiento contemporáneo. Se trata de la Red de Redes, la Superautopista de la Información, la Internet o, dicho en masculino, el ciberespacio. Como quiera que le llamemos, es un tema nuevo y, pese a ello, cambiante. Se encuentra relacionado con las formas contemporáneas de propagación del conocimiento y, así, de las estructuras culturales, pero también con la industria de punta, el intercambio académico, los negocios, la difusión de noticias y datos, de la misma manera que con nuevos espacios y estilos de diversión en todos los sentidos.

La Internet y sus afluentes, son un hecho tan nuevo que prácticamente no existe reflexión crítica sobre ellos. En la bibliografía disponible hay una enorme cantidad de manuales para la cibernavegación pero casi es imposible hallar algo más que explicaciones sobre el software, los bytes, baudios, módems y otros terminajos por desgracia indispensables -aunque, por cierto, menos complejos de lo que inicialmente parece- para divagar en las redes.

Este trabajo, para nada se detiene en explicaciones técnicas, salvo en un par de ocasiones que en las que es estrictamente indispensable. No se trata de un texto técnico, de la misma forma que tampoco exige conocimientos técnicos para ser leído. Al contrario: pretende ser un ensayo que sirva tanto para quienes, siendo ya cibernautas, buscan algo más que descripciones formales sobre la índole de los espacios que frecuentan desde su computadora como para aquellos que, sin haber incursionado en tales experiencias, quieren saber qué demonios es Internet más allá de los tecnicismos.

Este texto, ubica al desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación electrónica en el marco de la globalización más reciente y desde una perspectiva latinoamericana. Si bien la participación de nuestros países resulta aún incipiente en la comunicación por redes -y precisamente por eso- nos parece que se está haciendo tarde para que la creación de políticas nacionales de capacitación, equipamiento y aprovechamiento de los recursos informáticos. A partir de tales preocupaciones se encuentra estructurado este trabajo.

El primer capítulo se ocupa de una breve descripción señalando algunas constantes y problemas de la globalización contemporánea. Reiteramos cómo política y cultura se encuentran más interrelacionadas que nunca con la expansión económica y, en este caso específico, con las capacidades de creación y apropiamiento de nuevas tecnologías. La idea de que a partir de las modernas formas de diseminación del conocimiento sería posible edificar una nueva Sociedad de la Información, o la de que nos encontramos en una auténtica Nueva Revolución Mundial, es discutida en el marco de la circunstancia latinoamericana. En este apartado, como en el resto del libro, tratamos de no caer en un pesimismo que nos lleve al tremendismo (que llega a ser una forma de autocomplacencia) ni en un optimismo tan pragmático que nos limite al simple ensalsamiento, sin distancia crítica, de las nuevas tecnologías de la cibercomunicación.

El segundo capítulo se ocupa, ya específicamente, de la Red de Redes. Una muy breve explicación del surgimiento de la Internet, es seguida por una descripción de los usos más frecuentes que le dan los cibernautas. Hay de todo: desde opciones didácticas y recursos laborales, hasta proselitismo político, charlatanería mística y parloteo íntimo en esta colección de opciones. Insistimos en no quedarnos en la simple descripción sino en cada caso, pero sobre todo al final del capítulo, enfatizar en la distancia crítica para preguntarnos si realmente es importante, y más aún indispensable, el acceso a la cibercomunicación en países como los nuestros. Reconocemos que se trata de una realidad ya presente, de tal manera que más que debatirnos entre perspectivas integradoras o apocalípticas de esta nueva opción comunicativa, sería preciso considerar cómo aprovecharla, con realismo y sin temores paralizantes.

El capítulo tercero, se ocupa de algunos de los problemas suscitados por la emergencia internacional de las ciber-redes. La propagación de virus computacionales, la dificultad para conservar archivos que no son invulnerables al tiempo ni a la mirada de otros, la práctica de los hackers que son algo más que chicos traviesos que divagan por el ciberespacio, las nuevas formas de quehacer político y, en fin, los usos como espacios públicos pero en donde los derechos privados no tienen una ubicación clara en la Internet y sus afluentes, son temas en los que nos detenemos, en el intento de ofrecer un panorama de contrastes y retos en este asunto.

El capítulo cuarto, revisa implicaciones para las instituciones políticas, jurídicas y para la competencia económica, del crecimiento de este nuevo y tan peculiar espacio. Hay una evidente influencia de las reglas del mercado en el desarrollo de las redes, pero además de señalarla queremos encontrar otras constantes que hacen posible tal expansión. Aquí, nos preguntamos cuál es y cuál tendría que ser el papel del Estado, particularmente en los países latinoamericanos, como promotor, regulador (cuando es posible) y propagador tanto de la infraestructura necesaria para que nuestras sociedades no se queden al margen de estos recursos, como de la cultura propicia para que ellos no sean vistos como inentendibles o inalcanzables extravagancias. De nuevo, volvemos al contexto de la globalización para reconocer, en el desarrollo del ciberespacio, una de las expresiones más nítidas, pero no sin contradicciones, de esa internacionalización de mensajes a la que, sin embargo, no todos tienen las mismas opciones para contribuir.

Además de señalar el notable vacío que en términos de proposiciones existe en los países latinoamericanos respecto del desarrollo informático y la comunicación cibernética, en ese capítulo cuarto recuperamos los principios más importantes de las principales experiencias -todas muy recientes- que, en el plano internacional, existen para el impulso de las Superautopistas de la Información, o la Sociedad de la Información, como quiera que se le llame, como resultado de políticas de Estado.

La estrategia de Superautopista de la Información del gobierno de William Clinton, insistente y personalmente impulsada por el vicepresidente Albert Gore; las decisiones europeas dentro de un muy rápido proceso de construcción de un marco de referencia común para el impulso de la cultura de la comunicación ciberelectrónica en el eufemísticamente llamado Viejo Continente: el Libro Blanco de Jacques Delors, el Informe Bangemann y las conclusiones de la Conferencia Ministerial del Grupo de los 7 sobre la Sociedad de la Información en una reunión conjunta con ministros de los países europeos, apenas a comienzos de 1995, son algunos de los documentos mencionados en dicho capítulo. Hemos buscado, en esa revisión, encontrar constantes pero además acentos peculiares, de donde podríamos obtener elementos para diseñar políticas nacionales en países como los de América Latina.

Al momento de terminar la actualización de este libro, casi entrada ya la primavera de 1996, el gobierno de México aún no daba a conocer el Programa de Desarrollo Informático, que sería una de las derivaciones del Plan Nacional de Desarrollo y que le fue encargado al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Por eso, no hemos podido incluir alguna referencia específica al respecto. Las consultas con sectores interesados (empresarios, especialistas en informática, proveedores de equipo, académicos, usuarios en el gobierno y en instituciones privadas) se habían extendido durante varios meses, en el transcurso de los cuales las autoridades gubernamentales no habían presentado su documento final.

Sí comentamos, en cambio, aunque de manera breve, algunos aspectos de las políticas informáticas en Francia, España y Japón, así como el exhorto de la Conferencia para el Desarrollo de las Telecomunicaciones que, reunida en Buenos Aires, insistía en la pertinencia de decisiones nacionales, congruentes con requerimientos regionales, respecto de las autopistas informáticas. Todo este recorrido lo entendemos como parte de las respuestas, tímidas, insuficientes y casi siempre tardías, que se dan delante de esa cara de la globalización que constituyen el surgimiento y la expansión exponencial del ciberespacio.

El quinto y último capítulo, menciona algunos rasgos de lo que podríamos considerar como el futuro de las redes cibernéticas, desde variados pero, esperamos, complementarios puntos de vista. Los desafíos que ese crecimiento supone para la soberanía de las naciones, las opciones de propagación y/o apropiación tecnológica, las concepciones habitualmente maniqueas sobre el destino de la Internet y el surgimiento de una nueva suerte de ciudadanos del ciberespacio, que quizá llegarán a estar más determinados por la cultura adquirida en las redes que por su entorno y formación personales en otras fuentes de conocimiento, son parte de esta reflexión en varias bandas.

Especialmente, en esa parte nos ha preocupado tratar de ubicar a nuestro tema, como un asunto de comunicación social en donde, sin embargo, no se cumplen los esquemas con los que es posible analizar a los medios convencionales. Además ese capítulo, en su segunda mitad, regresa al asunto de las posibles transgresiones morales y legales debido a la presencia de la pornografía y la posibilidad de cometer diversos delitos. Ese panorama, hace necesario entender a las redes como espacios de expresión pero, también, con los riesgos y desafíos que siempre supone la propagación intensa de mensajes de toda índole. En el capítulo tercero nos ocupamos de algunas de esas infracciones, vistas como uno de los ragos de la cibercultura contemporánea. En el quinto, lo hacemos mirándolas como problema respecto del cual se presentan dos tipos de soluciones: el establecimiento de sanciones, que implican dilemas técnicos y éticos y, por otro lado, la creación de códigos de conducta de los cibernautas. "No censures. Mejor censúrate tú mismo", reza uno de los principios que, en aras de la defensa de la libertad de expresión, tiende a desarrollarse en las redes. La otra opción, hasta ahora con enormes dificultades técnicas debido a las características de la Internet que no tiene un centro emisor único y en donde la censura es prácticamente imposible, ha sido el establecimiento de leyes que castigan la pornografía en las redes pero con grandes riesgos de intolerancia y errores, como ha sucedido en Estados Unidos. Otro de los abusos que comentamos en ese capítulo último, es el de quienes se conectan de manera tan intensa a la Internet, que llegan a tener vínculos de dependencia patológica respecto de ella.

 

Este libro, así, pretende que los recursos de la cibercomunicación resulten útiles para el desarrollo de las sociedades latinoamericanas, especialmente pero no sólo en México, aunque es preciso conocerlos, entenderlos y discriminar entre ellos para emplearlos con provecho. Ello supone la creación de políticas nacionales de desarrollo informático, con énfasis en las redes de comunicación, porque de otra manera nuestros países quedarían al garete de una globalización que ya es toda una realidad que contribuye a remodelar el espacio cultural y a la que, en tal sentido, es preciso responder con realista sensatez.

Nuestro interés por el ciberespacio surgió en la navegación por las redes en donde, como cualquier principiante -y, en realidad, como cualquier cibernauta por muy fogueado que sea- experimentamos tropiezos y admiraciones recurrentes. En diciembre de 1994, a invitación de la Fundación Cedeal, ofrecimos en Madrid una conferencia sobre estos temas, en donde apuntábamos algunas preocupaciones iniciales que luego han sido sustancialmente ampliadas, documentadas y expuestas en el presente libro. Más tarde, nuestra investigación se benefició de las sugerencias de varios colegas, entre ellos la Dra. María Cristina Rosas González, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

En la correción final del libro fue invaluable el meticuloso auxilio de Jaimeduardo García.

La indagación y redacción de este trabajo, ha formado parte de las tareas que el autor cumple en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Luego, La nueva alfombra mágica ha merecido el Premio Fundesco de Ensayo 1995, lo cual hace posible su publicación en Madrid. A partir de sugerencias del comité editorial de la Fundesco, hemos revisado y puesto al día parte de la información que aquí se presenta, con el propósito de que el libro sea lo más actual posible.

Granja de la Concepción, D.F., México otoño de 1995 e invierno de 1996.

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